domingo, 30 de marzo de 2014

Las relaciones familiares y vecinales, evitan la fractura social en España


 
 
Según Cáritas. 27 de marzo de 2014.- La calidad y fortaleza de las relaciones sociales en España son un recurso de vital importancia para evitar el riesgo de fractura social generado por los efectos de la crisis en los niveles de renta y de desigualdad. Esta es una de las constataciones más llamativas contenidas en el documento “Análisis y Perspectivas 2014” que la Fundación FOESSA y Cáritas han presentado esta mañana en Madrid. [DESCARGAR DOCUMENTO]
Fortaleza del capital social y relacional
El análisis llevado a cabo por el Comité Técnico de FOESSA y que ve la luz bajo el título “Pobreza y Cohesión Social”, confirma que el capital social y relacional de la sociedad española no presenta indicios que indiquen que se esté viendo afectado por el deterioro significativo que sí se registra en ámbitos como el económico, la salud o la vivienda.  
Para los expertos de FOESSA, esto supone una oportunidad a la hora de construir una respuesta más solidaria y participativa a los efectos de una crisis que siguen siendo visibles, si se tiene en cuenta que durante 2013 se ha consolidado la tendencia de pérdida de disminución del nivel medio de renta en España –un retroceso de dos puntos y medio desde 2010— y se han agudizado las diferencias de renta entre los hogares.
Según los datos analizados en el documento, la renta media de la población española es, en términos reales, inferior a la que había en el año 2000, hasta el punto de que el nuestro se ha convertido en uno de los países de la Unión Europea donde la renta se reparte de manera más inequitativa. Además, las formas más severas de pobreza son las que más han aumentado con la crisis, llevando a nuestro país a los primeros puestos del ranking europeo en cualquier clasificación que se haga de indicadores de pobreza.
Caída de las rentas y aumento de la desigualdad
Al mismo tiempo, se da un doble proceso de empobrecimiento de la sociedad española, caracterizado por una caída de las rentas y el aumento de la desigualdad en su reparto, con un hundimiento de las rentas más bajas. Esto ha supuesto que el porcentaje de hogares sin ingresos haya crecido del 2% al 4% en el último trimestre de 2013 y que el número de hogares en esta situación haya pasado desde unos 300.000 a mediados de 2007 a casi 700.000 a finales de 2013.
Si más allá de pobreza económica hablamos de exclusión social, FOESSA comprueba cómo el empeoramiento de la situación social en España se extiende a amplios sectores de la población. Actualmente, solo 1 de cada 3 personas en nuestro país se encuentra libre de los 35 problemas que se han identificado en el primer avance de resultados la Encuesta FOESSA, lo que suponen 16,5 puntos menos que en 2007. Ese núcleo central de la sociedad española que llamamos integración plena es ya una estricta minoría, mientras que el espacio social de la exclusión social --que era en torno a un 16,3% de la población en 2007--, se ha intensificado notablemente hasta alcanzar al 25,1% de los hogares en 2013
Un total de 11,7 millones de personas (3,8 millones de hogares) están afectadas en España por distintos procesos de exclusión social, lo que supone 4,4 millones de personas más que en 2007 (un incremento del 60,6%).
Asimismo, 5 millones de personas se encuentran ya afectadas por situaciones de exclusión severa, un 82,6% más que en 2007.
Retroceso en empleo, vivienda y salud
No cabe duda de que son los ámbitos del empleo, de la vivienda y de la salud los que más han aportado al aumento de la fractura social:
- La incidencia de los problemas de exclusión del empleo se multiplican por 2,5 y los de salud se duplican. Nada parece indicar que la implementación de la reforma laboral haya contribuido a la creación de empleo --que ha seguido destruyéndose después de su puesta en marcha-- ni a la reducción de la temporalidad de las nuevas contrataciones.
- Los problemas de vivienda, que partían de un nivel relativamente elevado, se incrementan un 36%.
- Es significativo el incremento de los hogares que para mantener su vivienda deben hacer un esfuerzo económico tan importante que los coloca en situaciones de pobreza severa una vez descontados los gastos de vivienda.
- Y es también importante el aumento de hogares que presentan dificultades para comprar medicamentos.
El papel nuclear de la familia
En este contexto, sin embargo, existen indicadores que apuntan al mantenimiento de un gran recurso de capital social en la sociedad española, que es de vital importancia preservar: el papel desempeñado por la familia ha sido una muestra evidente de un poderosísimo elemento nuclear con el que cuenta nuestra sociedad para enfrentar las situaciones más complicadas.
Aún con políticas sociales insuficiente y con escasa protección, la familia –y, en general, las redes sociales primarias y las relaciones entre la ciudadanía-- siguen resistiendo. Sufriendo el desgaste que implica la crisis, pero demostrando ser uno de los cimientos sobre los que construir.
¿Qué está en juego?
En “Pobreza y Cohesión Social” se pone de manifiesto que ni la pobreza ni la exclusión social son exclusivas de esta época. Lo que la crisis ha evidenciado es el carácter contracíclico de nuestra economía, es decir, crece la pobreza en época de recesión, pero no se recupera en la misma medida en épocas expansivas.
Sin duda alguna, es el modelo –como Cáritas y FOESSA vienen insistiendo desde hace tiempo– lo que corresponde revisar y, en concreto, si nuestro país apuesta firmemente por un modelo en el que la persona y su dignidad ocupen el lugar central de todas las prioridades, y donde el bien común marque la hoja de ruta.
Como han señalado en la presentación del documento Francisco Lorenzo y Guillermo Fernández, coordinador y técnico, respectivamente, del Equipo de Estudios de Cáritas Española y de FOESSA, algunas de esas apuestas parecen haber quedado en el olvido.
Así lo demuestra que durante 2013 no solo no se invirtieron los procesos que desde 2010 vienen restringiendo el acceso a los derechos sociales, sino que se ha seguido avanzando por la senda de recortes en algunos bienes básicos, la pérdida de intensidad protectora de prestaciones sociales y la creciente exclusión de grupos de población de algunos servicios básicos de bienestar.
En ese sentido, los expertos de FOESSA alertan de que la progresiva diferenciación ciudadana en el acceso a derechos básicos marcará nuestra estructura social en los próximos años que, en una visión muy sintética, muestra una tendencia que podría resumirse como de pobreza creciente y derechos menguantes.
Otro camino es posible
Se observa, asimismo, que la ciudadanía no acepta que ese deba ser el único camino posible, como demuestran algunos hechos:
- Entidades como Cáritas ven incrementarse el número de personas que se acercan a sus puertas para implicarse como voluntarias y como colaboradores.
- Son muchas las organizaciones ciudadanas que han expresado en diferentes ocasiones que el gasto público en determinados ámbitos, debe ser considerado como una inversión social y no como un gasto a reducir.
- Se consolidan determinadas iniciativas sociales o de economía solidaria, que dejan de ser prácticas marginales.
Lo que está en juego no es el porqué de esta crisis, sino cómo queremos salir de la misma. En este sentido, la propuesta de Cáritas es la de salir todos y cada uno, juntos y sin que nadie quede abandonado a su suerte y a las injusticias de un modelo que claramente ha mostrado sus debilidades.
Como los autores de “Pobreza y Cohesión social” insisten en recordar, no es posible esperar más para llevar a cabo medidas redistributivas que impulsen procesos de cohesión social.
“Caminar hacia un modelo dualizado –asegura Francisco Lorenzo-- es aventurarnos a la falta de entendimiento y de convivencia. Es renunciar a la construcción de un proyecto común. Por el contrario, un compromiso firme por la cohesión social, por el ´rescate a las personas´, supondrá sentar las bases de una recuperación real que vaya más allá de algunos indicadores macroeconómicos”. “La sociedad recuperará la credibilidad en aquellos proyectos e instituciones que apuesten firmemente por ello”, añade."
 
 
 

martes, 11 de marzo de 2014

Crece la devaluación salarial encubierta en España (2014)


En torno a los salarios casi hay unanimidad: caen. Hasta aquí las certezas. ¿Cuánto? Depende de la fuente y la estadística a la que se recurra. Y ahora ha venido el Banco de España en su Boletín de febrero a decir que los datos conocidos hasta el momento se quedan cortos y que la devaluación salarial es mayor de lo observado hasta ahora en las estadísticas. Tomando los datos de las cotizaciones a la Seguridad Social, cree que la duplica. “El proceso de moderación salarial que arrancó en 2010 podría ser más intenso de lo que indican las estadísticas agregadas sobre costes laborales”, concluye el regulador.
La crisis, desde el comienzo, se ha cebado con los trabajadores que tenían empleos menos pagados: jóvenes, empleados sin formación, inmigrantes, temporales. Son los que más han sufrido la destrucción de empleo. Por tanto, su peso en la estadística ha caído. En cambio, ha subido el de “los trabajadores con mayor formación y más experiencia, que, en promedio, perciben salarios más elevados” y más resistentes. La consecuencia de este doble movimiento es que las caídas de sueldo quedan amortiguadas en la estadística agregada. Para los investigadores del Banco de España, que toman como fuente las bases de cotización de la Seguridad Social, este fenómeno habría supuesto en 2012 que la caída de sueldo real sería ligeramente superior al 2% y no un poco más del 1% como reflejan las cifras agregadas (en la encuesta anual de coste laboral realizada por el INE, la reducción en ese ejercicio fue del 0,69%).


Los cálculos de regulador serían superiores si pudiera introducir en sus cálculos otras vías de devaluación salarial, como las horas extra no pagadas, que en 2012 y 2013, aumentaron un 4,3% y un 28%, respectivamente.
Aclara el Banco de España que lo hecho por sus investigadores es un “ejercicio teórico para ver cuál es el impacto del efecto composición”, como se llama técnicamente a este fenómeno, y que “no cuestiona ningún dato oficial”.
No obstante, también es cierto que el dato último limpio de ese efecto composición se acerca más, en promedio, a lo que reflejan las nominas de quienes conservan su empleo, que los datos agregados conocidos hasta ahora. De ahí que los autores del artículo afirmen en su texto: “Cambios tan pronunciados en la composición del empleo pueden generar efectos estadísticos relativamente significativos que es preciso tener en cuenta a la hora de hacer un diagnóstico preciso sobre la evolución de los costes laborales”.
Durante los primeros años de la crisis (2008 y 2009), los salarios crecieron con fuerza. Según el Banco de España, buena parte de este vigor también está en relación con ese efecto composición, conclusión en la que coincide con un informe publicado a comienzos de semana por UGT. En 2010 comenzó un proceso de moderación.
Ya en los últimos años se observan bajadas, que se acentuaron en 2012 al hilo del pacto salarial al que llegaron los sindicatos y la patronal, a la reforma laboral y la supresión de la paga extraordinaria de Navidad de los empleados públicos. El año pasado el retroceso se frenó, en buena medida porque los funcionarios cobraron otra vez 14 nóminas y no 13.
La devaluación salarial es una de las apuestas del Ejecutivo en política económica para recuperar la competitividad perdida por la economía española en los años de la burbuja. La demandan organismos internacionales (FMI, OCDE, Comisión Europea), la patronal CEOE y servicios de estudios privados. Entre estos últimos está el del BBVA, que en noviembre calculaba una rebaja adicional del 7% en los sueldos metería a la economía española en un círculo virtuoso que le llevaría a crecer un 8,3% y crear un 10,4% de empleo.
Frente a esta posición se encuentran los sindicatos, que defienden que España ya ha ido más allá de lo aconsejable en la devaluación salarial. Argumentan que de seguir en esta línea España, el poder de compra de los asalariados caerá más y con él, el consumo y, por tanto, la economía tardará mucho más en recuperarse. Explicaba esta misma semana UGT en su informe sobre salarios su opción pasa por el camino inverso.
Algo similar viene diciendo desde hace meses CC OO, lo que en un año como 2014 adquiere especial significado. Este año finaliza el pacto trienal sobre sueldos que firmaron los sindicatos mayoritarios y la patronal en el que, en la práctica, se acordó una congelación salarial. Ahora toca renovarlo y viendo la distancia entre las posturas de ambas partes, la tarea no será sencilla. El presidente de CEOE, Juan Rosell, ya reclamó el lunes la prórroga hasta 2016. Su propuesta recibió una pronta respuesta del secretario de Acción Sindical de CC OO, Ramón Górriz: “Si se empeña en mantener el crecimiento casi nulo de los salarios, el Acuerdo de Negociación Colectiva, cuya renovación empieza a abordarse hoy [por el martes], no será posible”.

FUENTE: El País.

sábado, 8 de marzo de 2014

Ucrania y el polvorín que desbordó las miserias de la troika


Por Marco Antonio Moreno – Consejo Científico de ATTAC España
En un temprano post del año 2008 advertíamos sobre el tambalente destino de la Europa del Este a la luz de la fuerte caída que se estaba producido en Ucrania. La crisis 2008/2009 significó un descenso para Ucrania del 15 por ciento y fue una de las más profundas del mundo. Sin embargo, la verdadera crisis de Ucrania fue tras el quiebre del bloque soviético, en 1990, que significó una caída en el PIB del 40 por ciento y un largo retroceso que se prolongó por casi una década. Pese a adoptar en los años 90 todas las tesis del libre mercado, las privatizaciones y las desregulaciones, Ucrania sucumbió a la indiferencia de Europa. El PIB de Ucrania se sitúa hoy en los niveles de mediados de los años 70, lo que indica que ha retrocedido cuatro décadas, en menos de 20 años.


Poco después de la independencia de la URSS en agosto de 1991, el Gobierno ucraniano liberalizó la mayoría de los precios y erigió un marco jurídico para las privatizaciones. La resistencia generalizada a la reformas estructurales produjeron un estancamiento que hacia 1999 hundió el PIB un 40 por ciento desde 1991. La dependencia de Ucrania de la energía que le proporciona Rusia dejó a este país a merced de dos aguas, división que también tiene raíces geopolíticas en los propios ucranianos: mientras unos quieren pertenecer a la Unión Europea, otros sienten que sus raíces están más cerca de Moscú. Este andar a medias aguas es lo que ha dado a Ucrania la mayor inestabilidad, haciéndolo vulnerable al vacío de Europa y a las convulsiones externas.
Ucrania depende de las importaciones a Rusia para cubrir tres cuartas partes de sus necesidades anuales de petróleo y de gas natural y el 100 por ciento de sus necesidades de combustible nuclear. Ucrania es la vía de tránsito del gas ruso a Europa y el año 2009 estos países se vieron enfrentados en una seria disputa por los precios del gas. El FMI ha presionado insistentemente a Ucrania para que acelere el ritmo y el alcance de las reformas. Así fue como los funcionarios del gobierno eliminaron la mayoría de los privilegios fiscales y aduaneros en una ley de presupuestos de marzo de 2005. Desde entonces, el FMI no ha dejado de insistir a Ucrania que debe desarrollar más mejoras como la lucha contra la corrupción, el desarrollo del marco legislativo y la mayor liberalización de los mercados financieros.


Desde 1999 la economía de Ucrania fue pujante a pesar de la agitación política interna, y el período 2000-2007 la economía creció a un ritmo cercano al 7 por ciento, su PIB pasó de 55 mil millones de dólares a 105 mil millones de dólares (datos del Banco Mundial en dolares de 2005). Gran parte de este crecimiento estuvo impulsado por los altos precios del acero, el principal producto de exportación de Ucrania. China y los países occidentales mantuvieron alta la demanda de acero dado que éste se emplea en la construcción. Es decir que sin querer, Ucrania se benefició también de la burbuja inmobiliaria global. Este aumento del producto permitió a Ucrania un fuerte aumento de los salarios y del consumo interno.
Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria los precios del acero se desplomaron y esto sorprendió en muy mal momento a Ucrania por el alto nivel de endeudamiento que había alcanzado en el período del boom. En noviembre de 2008 el gobierno de Ucrania llegó a un pacto con el FMI por un préstamo de 16.400 millones de dólares, a cambio de rápidas reformas. Pero el programa se estancó debido al fuerte retroceso que sufrió la economía con la crisis: una caída del 15 por ciento en 2009, uno de los peores resultados a nivel global. Esto no lo tuvo en cuenta el FMI a la hora de bloquear, a principios de 2011, un nuevo acuerdo por un préstamo de 15.100 millones de dólares para Ucrania. Es decir que en dos ocasiones el FMI empujó deliberadamente a Ucrania al borde del precipicio al negarse a socorrer a este país con la misma generosidad y rapidez con que ha facilitado recursos al sistema financiero.

Una amenaza para Rusia
 
El polvorín desatado por los conflictos económicos en Ucrania puede bien ser una nueva amenaza a otros países europeos. La dramática escalada de las tensiones puede dividir a Ucrania dado que unos quieren entrar a Europa y otros regresar a la alianza con Rusia. El alto riesgo es que Ucrania puede entrar en default y esto provocaría un shock de crédito en los bancos rusos. Los bancos rusos son grandes tenedores de bonos ucranianos. Los fondos globales emergentes de bonos de mercados mantienen el 3 por ciento de su cartera en deuda ucraniana. De ahí que efecto indirecto de un default de Ucrania, como espera la agencia Fitch, sería significativo.
Las reservas de divisas de Ucrania se han reducido a niveles de supervivencia y hasta ahora Rusia ha mantenido al país a flote con un préstamo de 3 mil millones de dólares, el primer tramo de un rescate de 15 mil millones de dólares que acordaron en noviembre de 2013 y que ahora ha quedado en suspenso. Este hecho pone a Rusia en el eje del huracán dado que Rusia puede enfrentar grandes pérdidas por impagos y los crecientes costos de apuntalar a la economía de Ucrania.
Rusia no puede seguir apuntalando a Ucrania dado que está cerca de una recesión con una producción industrial que se ha contraído en los últimos años mientras la inversión fija ha disminuido en un 7 por ciento. Aunque Rusia tiene 500.000 millones de dólares en reservas (la tercera mayor reserva en divisas del mundo), sabe que debe tener cautela a la hora de emplear esos recursos dado que en la crisis 2008/2009 perdió 200 mil millones de dólares por apuntalar al rublo y este proceso destruyó una gran parte del sistema bancario ruso.
Rusia nunca se ha recuperado totalmente de la crisis post-Lehman, y se hizo altamente dependiente de las exportaciones de petróleo y de gas natural. Además, Rusia necesita un precio del crudo por sobre 110 dólares el barril para equilibrar su presupuesto. Y la inundación de petróleo de Iran, Irak y Libia puede desatar serias convulsiones en Rusia. Los equilibrios económicos son hoy más precarios que nunca y la famélica situación de Asia, Europa, EEUU y los países emergentes puede llevar el petróleo por debajo de los 100 dólares. Este sería un fuerte golpe para Rusia, un país que cayó en la trampa de la enfermedad holandesa, haciéndose extremadamente dependiente de las exportaciones.
 

sábado, 1 de marzo de 2014

Más del 40% de la población española está excluida del consumo turístico


Investigadores de la Universidad de La Laguna (ULL) han estudiado de qué forma se distribuye el consumo turístico en la sociedad española.
El trabajo se basa en un análisis de segmentación que refleja las interacciones entre múltiples dimensiones de la estructura social e identifica a los grupos privilegiados y a los excluidos de este tipo de consumo.
“Hemos observado que existe un grupo relativamente reducido de personas que realizan muchos viajes (20%), y que aproximadamente un tercio de la población tiene una participación media en el turismo. Más de un 40% está excluida del consumo turístico, ya sea por motivos económicos (28%) o por otros motivos (14%)”, declara a Sinc Pablo Rodríguez, coautor del trabajo que ha publicado recientemente la Revista de Turismo y Patrimonio Cultural.
El experto recalca que no hay un único perfil de personas que disfrutan menos del turismo, ya que la gente no viaja por motivos muy diferentes.
“Hay quien no puede y hay quien no quiere viajar. Si hubiera que definir el perfil de personas que menos lo hacen, destacan especialmente las mujeres mayores sin estudios, pero en la desigualdad influyen distintos factores dependiendo del momento del ciclo vital, como el nivel de estudios y la clase social, vivir solos o tener hijos; o haber emigrado”, argumenta.
 
Turismo por género
 
El papel del género es especialmente complejo en esta investigación. Existen casos –mujeres de edades intermedias que viven solas– en los que viajan tanto o más que los hombres, mientras que en otros segmentos de población son más agudas las diferencias entre las mujeres, que entre mujeres y hombres.
“Por ejemplo, entre mujeres de 18 a 29 años los datos indican que viaja el 70%, mientras que las mujeres de 60 años o más solo el 30%. Hay más diferencia que entre hombres y mujeres dentro de cualquier grupo de edad, que no superan nunca los 30 puntos porcentuales”, señala Rodríguez.
Esta investigación se basa en datos de una encuesta telefónica realizada por el Instituto de Estudios Avanzados (CSIC, Córdoba) en el marco de un convenio de colaboración con la Junta de Andalucía.
“El trabajo de campo se realizó en 2008 y es muy probable que estas diferencias se hayan agudizado aún más con la crisis. A fin de cuentas, así lo indican los datos sobre desigualdad social, y el consumo turístico es un reflejo de dicha desigualdad”, subraya el experto.
Los últimos datos del Instituto de Estudios Turísticos, proporcionados por la encuesta FAMILITUR, indican una abrupta caída de la actividad turística de los españoles.
 
En los países nórdicos viaja el 80% de la población
 
El objetivo de la investigación que se plantearon en la Universidad de la Laguna (ULL) fue combatir la idea de que hay factores que influyen más o menos en el turismo y plantear que todos los factores analizados (sexo, edad, estudios, actividad económica, clase social, tipo de hogar y pasado migratorio) inciden en alguna manera y otra en diferente medida.
Por ejemplo, constataron que vivir solo favorece el viaje cuando se es joven en comparación con quienes tienen hijos, mientras que para las personas mayores este hecho los limita.
“Obviamente, el factor más determinante es el económico –indica el experto– ya que viajar cuesta dinero, pero esto no es ‘matemático’ ni implica que tanto ganas, tanto viajas. Para un mismo nivel de ingresos hay gente que quiere o no viajar, o que viaja más o menos, y aquí el nivel de estudios parece tener mucha influencia en la inquietud o el deseo de viajar”.
Por último, los datos que de los últimos Eurobarómetros apuntan a que las sociedades menos desiguales también cuentan con un consumo turístico muy generalizado. “Aquí los países nórdicos son el ejemplo clave, viaja en torno al 80% de la población, mientras que en España solo lo hace en torno al 50%”, concluye Rodríguez.
 
Referencia bibliográfica:
 Pablo Rodríguez González y Manuel A. Santana Turégano. “Consumo turístico y desigualdad social en España” 12 (1): 29-51. 2014.
Fuente: SINC.